La cúpula nacional de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que encabeza Antonio Caló, se declaró en «estado de alerta» ante la indefinición de su paritaria y ratificó su exigencia de un aumento salarial del 30 por ciento. En la última reunión entre la UOM y las cámaras empresarias, no se avanzó en nada.
Además se ofreció un pago adicional de $ 1000 como compensación por la inflación, pero la cúpula metalúrgica se plantó en su pedido inicial: una suba salarial del 30% y la garantía de un sueldo mínimo de $ 6500.
Caló está sufriendo la presión de las bases. Los delegados de diez seccionales de la UOM tendieron puentes con Hugo Moyano y Luis Barrionuevo. Y dejaron un mensaje: «La lucha debe ser con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes». Caló a diferencia de Moyano, no está aún dispuesto a romper su alianza con el Gobierno.
La Casa Rosada tiene altas expectativas sobre la resolución de este convenio, ya que por ser el sindicato del jefe de la CGT oficialista podría servir de referencia para el resto de las negociaciones.
Caló escuchó la postura de todos los dirigentes de la UOM. Tras el encuentro, se dispuso unificar la voz del gremio con un comunicado oficial en el que se ratificó el pedido de aumento salarial de un 30% y se amenazó con «medidas de acción directa» en caso de no alcanzar una solución.