Saúl Edolver Ubaldini (Buenos Aires, 29 de diciembre de 1936 – Buenos
Aires, 19 de noviembre de 2006) fue un sindicalista argentino,
secretario general de la CGT entre 1986 y 1990.
Biografía
Juventud y primeras actividades políticas
Saúl Ubaldini nació en el barrio porteño de Mataderos, hijo de un obrero
de la carne, trabajó en el frigorífico Lisandro de la Torre y el
Frigorífico Wilson, donde inició su carrera gremial como delegado y fue
encarcelado por el gobierno del presidente radical Arturo Illia.1
En 1969 ingresó a trabajar en la Compañía Argentina de Levaduras de la
ciudad de Buenos Aires y tres años después fue elegido secretario
general de la Federación Obrera Cervecera Argentina (FOCA),1 que por
esa época apenas superaba los 6.000 afiliados.
Como la mayoría de los dirigentes sindicales argentinos de esos años,
Ubaldini integró desde joven el movimiento peronista que se encontraba
ilegalizado desde 1955 y transcurría la etapa conocida como la
Resistencia peronista que finalizó con la victoria del Frente
Justicialista de Liberación Nacional (FREJULI) en las elecciones
presidenciales de marzo de 1973.
Resistencia a la última dictadura cívico-militar
Durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional
(1976-1983), Ubaldini lideró el ala sindical más dura de resistencia a
la dictadura. Integró la Comisión de los 25 (sindicatos de perfil
combativo) que fue reconocida por la Confederación Internacional de
Organizaciones Sindicales Libres como la central representativa del
movimiento obrero argentino. Impulsó la primera huelga general contra la
dictadura, el 27 de abril de 1979, motivo por el cual fue detenido,
junto a todos los demás miembros de la Comisión de los 25.2
Mariposa de la CGT en la Marcha de San Cayetano, septiembre de 1981.
En septiembre de 1979 forma parte del grupo que constituyó la Central
Única de los Trabajadores Argentinos (CUTA), que duró menos de un año.
El 15 de noviembre el gobierno militar sancionó una nueva ley sindical
(Nº 22.105) prohibiendo que los sindicatos formaran confederaciones y
centrales sindicales. Desafiando la ley, al año siguiente la Comisión de
los 25 impulsó la recreación de la CGT, a pesar de su ilegalización
explícita, bajo el nombre de CGT Brasil, eligiendo a Ubaldini como
secretario general.
El 22 de julio de 1981 la CGT Brasil realizó la segunda huelga general y
el 7 de agosto de 1981 organizó una importante movilización a la iglesia
de San Cayetano, bajo el lema «Paz y trabajo», que se constituyó en el
primer reclamo masivo para terminar con la dictadura militar. El 30 de
marzo de 1982 lidera la histórica manifestación a Plaza de Mayo,
duramente reprimida, considerada como uno de los hitos de la resistencia
civil contra la dictadura.
Líder de la CGT y actuación durante el alfonsinismo
Al retirarse la dictadura, asumió el gobierno el radical Raúl Alfonsín,
quien desde la campaña electoral había mostrado una actitud de
enfrentamiento frontal contra los sindicatos, denunciando un supuesto
«pacto sindical-militar». Aprovechando la popularidad que le daba su
reciente elección como presidente, una de las primeras medidas de
Alfonsín fue la llamada «Ley Mucci», un proyecto de ley sindical que el
gobierno elaboró unilateralmente e intentó aprobar sin consultar a los
sindicatos, como ordena la Organización Internacional del Trabajo.3
Ubaldini lideró la oposición a la ley y en febrero de 1984, apenas dos
meses después del triunfo alectoral de Alfonsín, la CGT sorprendió a los
observadores convocando una masiva movilización a la Plaza del Congreso.
El proyecto sería aprobado por la Cámara de Diputados, pero rechazado
por la Cámara de Senadores.
Raúl Alfonsín y Saúl Ubaldini en Casa Rosada.
El fracaso del gobierno al intentar imponer esta ley fortaleció la
dirigencia de Ubaldini, quien al realizarse el Congreso Normalizador de
la CGT y reunificarse la Central, fue elegido secretario general en el
año 1986. Ubaldini se opuso a la política económica luego de la renuncia
del ministro Bernardo Grinspun, implementada por Alfonsín bajo presión
del Fondo Monetario Internacional, que dispuso el congelamiento de
salarios y la suspensión de las mesas «paritarias» de los sindicatos y
las cámaras empresariales, para negociar colectivamente salarios y
condiciones de trabajo. Ubaldini también se opuso a la decisión del
gobierno de mantener vigente la ley sindical de la dictadura,
cuestionada por la OIT por impedir la libertad sindical, y a la
continuación de la intervención de las obras sociales sindicales, que
había dispuesto la dictadura.
Ante la negativa del gobierno a negociar, la CGT bajo su conducción
realizó trece paros generales contra la política económica del gobierno.
Es famoso el contrapunto que sostuvo con Alfonsín, quien dijo aludiendo
a Ubaldini, que «el país no está para mantequitas y llorones», a lo que
Ubaldini respondió ante una Plaza de Mayo colmada de obreros que:
«llorar es un sentimiento, pero mentir es un pecado». Finalmente en
1988, el gobierno de Alfonsín cedió y aceptó negociar con el
sindicalismo. El resultado fue la designación del sindicalista peronista
Luis Barrionuevo como su ministro de Trabajo y la elaboración por
consenso de una nueva ley sindical (Ley 21.551), que fue aprobada por
unanimidad. Como resultado del diálogo entre el gobierno y la CGT, en
1989 Alfonsín convocó a paritarias de las que resultaron los primeros
convenios colectivos de trabajo firmados desde 1975.
Conflictos con el menemismo
En 1989 se realizaron elecciones presidenciales que fueron ganadas por
el peronismo con la candidatura de Carlos Menem. Ubaldini apoyó la
candidatura de Menem y participó activamente en su campaña electoral
durante la que el candidato peronista se comprometió a realizar un
«salariazo» que diera inicio a una «revolución productiva». Pero una vez
asumido Menem realizó una alianza con el principal partido de la derecha
antiperonista, la UCedé, dirigido por Álvaro Alsogaray, e inició una
política económica siguiendo la línea neoliberal del Consenso de
Washington y el Fondo Monetario Internacional, centrado en las
privatizaciones y la desregulación de los mercados (incluyendo el
mercado de trabajo), de signo opuesto al que establecía el programa
partidario. Años después, cuando era interrogado por la prensa sobre su
apoyo inicial a Menem, Ubaldini solía responder:
No me arrepiento porque voté una plataforma de la cual era partícipe
porque la realizamos en su momento sobre la base 26 puntos de la CGT.
Revolución productiva, salariazo, defensa de las empresas públicas
Ubaldini adoptó entonces una postura fuertemente crítica al «menemismo»,
razón por la cual en 1990 el gobierno presionó con éxito para que fuera
desplazado de la Secretaría General de la CGT. En 1991 se presentó como
candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, siendo derrotado
por Eduardo Duhalde. Fue en esta etapa, cuando en enero de 1993 conoció
a quien sería su segunda esposa Margarita Muñoz y con quien tuvo dos
hijos, María Eva y Nicolás Ubaldini. Su vida privada la hizo pública
junto a ella cuando se casaron legalmente en octubre de 1996.
Anteriormente tuvo otro matrimonio del que nacieron dos hijos, Saúl
Edólver y Juan Pablo Ubaldini, pero siempre destacaba Ubaldini que su
divorcio databa de muchos años antes de conocer a su segunda esposa.
El 1 de febrero de 1994 fue uno de los dirigentes que formó el
Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), integrado por más de
treinta y cinco sindicatos de la CGT localizado centralmente en sectores
industriales y del transporte privado, que buscó obligar al gobierno
encabezado por Carlos Menem a restablecer el rol privilegiado del
sindicalismo en el interior del gobierno y aplicar una política
económica nacionalista.
Últimos años y fallecimiento
En 1997 fue elegido diputado nacional por el Partido Justicialista,
cumpliendo mandato hasta 2001, resultando reelegido ese año hasta 2005.
En mayo de 2006 fue contratado como asesor del Ministerio de
Planificación Federal, encabezado por Julio de Vido, durante la
presidencia de Néstor Kirchner.
Ubaldini murió de cáncer de pulmón el 19 de noviembre de 2006.4 Sus
restos fueron velados en el Congreso de la Nación.