El juez Gerardo Santicchia, a cargo de la causa de la quiebra, concedió la locación de la planta de la papelera a la Cooperativa «MadyGraf», conformada por ex personal de la compañía. Lo había pedido AFIP.
La planta de la imprenta Donnelley ubicada en la localidad de Garín, partido de Escobar, seguirá siendo operada por la Cooperativa «MadyGraf», integrada por ex trabajadores de la compañía que se declaró en quiebra en agosto pasado. Así lo resolvió el juez Gerardo Santicchia, titular del Juzgado N°19, quien quedó al frente de la causa por la quiebra.
Los trabajadores que integran la cooperativa deberá ahora abonar un canon por la locación, como también cumplimentar los requisitos correspondientes a ese tipo de explotación. «MadyGraf» deberá evaluar la contratación de seguros contra incendio y destrucción de los bienes, con pólizas endosadas a nombre de la quiebra, por el establecimiento y también por los accidentes de trabajo de las personas que trabajen en él (ART).
Asimismo, tendrá que presentar las pólizas respectivas y acreditar el pago puntual y la vigencia de tales seguros. La cooperativa deberá realizar también las presentaciones correspondientes al registro de operaciones y mantener la vigencia de las habilitaciones y permisos para el funcionamiento de la planta industrial. Para cumplir con el fallo, «MadyGraf» se verá obligada a asumir todos los pagos, liberando a la quiebra de todo reclamo que pudieren efectuar sus asociados, el personal contratado o terceros.
La decisión del magistrado responde a un pedido de la AFIP. El organismo recaudador pidió tres días después de la quiebra que se la declare fraudulenta y que se garantice la continuidad de la explotación de la planta.
La multinacional cerró de manera sorpresiva su planta el pasado 11 de agosto, lo que provocó el despido de 400 empleados. Tres días después, la presidente Cristina Kirchner anunció la aplicación de la ley antiterrorista contra Donnelley, pero a la semana siguiente el por entonces titular de la Comisión Nacional de Valores y actual presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, lo desmintió. Argumentó que fue «una confusión».