El Ateneo «LEANDRO ALEM» de la Unión Cívica Radical de General Pueyrredon conmemora con dolor el 50 aniversario del derrocamiento del Gobierno Constitucional del Dr. ARTURO UMBERTO ILLIA.
El 28 de junio de 1966, hace 50 años, se producía un nuevo retroceso democrático y se escribía una nueva página negra en la historia política de la Patria.
Las fuerzas armadas cometieron un nuevo acto de irresponsabilidad y tomaron por asalto el poder de la República en un golpe sin razón implantando una nueva dictadura que terminó siendo sangrienta y precursora de la que una década después constituiría la mayor tragedia que debió soportar el pueblo argentino.
Recordamos al demócrata por excelencia, que diera ejemplo de honradez, civismo y coraje como Presidente de la Nación.
Nacido en Pergamino Illia, al recibirse de Médico se radicó en Cruz del Eje, desarrollando su vida política en Córdoba, cuna del reformismo universitario y de las luchas cívicas de Amadeo Sabattini. Fue senador provincial y vicegobernador de la gestión progresista de Santiago del Castillo.
Llegó al Congreso de la Nación a fines de la década del 40 para incorporarse a la legendaria bancada radical de los 44 que presidía Ricardo Balbín. Elegido gobernador de Córdoba en 1962, no pudo asumir por la anulación de los comicios que precedió a la destitución del gobierno constitucional de entonces.
Varias generaciones de argentinos conocieron lo que era una auténtica democracia en su gobierno. Hubo independencia de poderes, respeto a las libertades, derechos y garantías y a todas las normas de la Constitución Nacional. Y se levantó la proscripción que pesaba sobre el peronismo desde 1955.
Durante su gobierno destacamos la defensa soberana de los recursos energéticos, impulsó un fuerte proceso de nacionalismo económico (anulación de contratos petroleros que perjudicaban la soberanía nacional), Ley de Medicamentos, la defensa de los intereses de los sectores populares (Ley del Salario mínimo, vital y móvil, mayor participación en la distribución de la renta nacional), el desarrollo pleno de la educación, ciencia y tecnología con la mayor inversión presupuestaria (25% del Presupuesto Nacional) nunca igualada, pagó y redujo la deuda externa por primera y única vez en la historia argentina, llevó adelante una política exterior independiente, de firme contenido antiimperialista, americanista y de autodeterminación de los pueblos al no haber aceptado la presión de los Estados Unidos para enviar tropas a Santo Domingo. Fue entonces, 1965, que se logró el máximo éxito diplomático respecto del reclamo sobre la soberanía argentina en las Islas Malvinas a través de la Resolución 2065 de la ONU, que imponía a Gran Bretaña el diálogo bilateral que hubiera significado la recuperación pacífica del archipiélago y la plena vigencia de los derechos civiles y políticos.
La historia ha hecho justicia y hoy se reconocen los éxitos de la gestión de ARTURO UMBERTO ILLIA y se recuerda a éste como el estadista que fue y como un arquetipo de gobernante ejemplar.
Quienes creemos que es necesario modificar las prácticas políticas y de participación ciudadana, reconocemos el legado doctrinario que nos dejó, y no nos cabe ninguna duda que una de las referencias para los hombres y mujeres que gobiernan a tener en cuenta para llevar adelante esa tarea, será la actitud austera y republicana de Don ARTURO UMBERTO ILLIA.
Ateneo «LEANDRO ALEM»
MAR del PLATA