SEPARAN POLICIAS DE LA BONAERENSE POR CORRUPCION

Separaron a diez policías de la Bonaerense por corrupción: algunos son marplatenses

Desarmaban patrulleros y motos que escondían en una casa particular después de aumentar la cantidad de kilómetros supuestamente recorridos para poder recaudar.

Separaron a diez policías de la Bonaerense por corrupción. Una decena de miembros de la mayor fuerza de seguridad del país fueron apartados esta semana. Entre el 10 de diciembre de 2015 y el 15 de marzo de 2018, el gobierno de Vidal expulsó a 9236 uniformados acusados de corrupción. Los delincuentes de uniforme operaban en Mar del Plata y Azul.

El ingenio utilizado por los policías del Comando de Patrulla Sur de Mar del Plata para enriquecerse y defraudar al Estado robando combustible fue novedoso. Utilizaban una aparato eléctrico descubierto dentro del baúl de un auto para sumar kilómetros a los odómetros de los vehículos, ya sean patrulleros, camionetas o motos.

Con la complicidad de los responsables de una estación de servicio Shell, se fraguaban facturas por la supuesta compra de combustible que correspondía a los supuestos kilómetros recorridos por las calles y los barrios marplatenses, para completar de esta manera los requisitos administrativos para que la repartición presentara la rendición ante sus superiores.

El dinero entregado desde la institución para abonar el gasto de combustible era repartido entre los estacioneros y los policías involucrados, el comisario Flavio Casas, que era el jefe del Comando de Patrulla de Mar del Plata. El subcomisario Alejandro Bravo, el entonces jefe del Comando de Patrulla Zona Sur del mismo lugar, el capitán Cristian González, el oficial subinspector David Domínguez, el teniente Gustavo Fugas y la oficial subayudante Victoria Campana.

Lo que en principio fue una auditoría preventiva en el Comando de Patrulla terminó con arrestos y allanamientos. Fue posible por una denuncia anónima realizada a la Auditoría General de Asuntos Internos (AGAI) que alertaba sobre la maniobra. La voz al teléfono advirtió sobre los lugares donde estaba el artefacto para aumentar el kilometraje, y dos motos y un patrullero, a los que les faltaban los odómetros.

Los vehículos estaban escondidos en el domicilio de la oficial Campana. Además de la estafa, lo escandaloso es que esas motos y esos patrulleros no recorrían las calles ni era utilizados para perseguir delincuentes, sino para recaudar. Los odómetros retirados eran llevados al Comando para ser fraguados, ya que allí se encontraba la máquina con el cable para adulterar los cuentakilómetros.

La AGAI también investiga si el negocio llegaba hasta la Departamental de Mar del Plata