Así lo expresó Cristina Ledesma, titular del sindicato que nuclea a los obreros de la industria del pescado. Ahora, está a la espera del pago de la segunda cuota de ayuda económica que la Provincia brinda a unos 3500 trabajadores en negro del sector.
Cristina Ledesma pasó esta mañana por el Palacio Municipal. Es la secretaria general del SOIP, el gremio que agrupa a los obreros y obreras de la industria del pescado, allí donde reina el trabajo en negro y es evidente la falta de derechos laborales. Fue a pedir la firma del intendente para apurar la gestión del pago de la segunda cuota de la ayuda económica que la Provincia se comprometió a otorgar a los trabajadores no registrados. Horas después, se reunió con el subsecretario de Pesca de la Nación, Miguel Bustamante, a quien volvió a trasmitirle la preocupación del sector que se viene agudizando desde hace dos años.
“Estamos a la espera de la segunda cuota para los compañeros que no están registrados, los de las pseudocooperativas o cooperativas truchas, como nosotros les llamamos. Por eso estamos acá: el intendente acompaña el pedido y estamos apurados porque estamos a mediados de octubre y aún no ha llegado la cuota”, explicó la dirigente gremial..
Se trata de un aporte estatal de $1300, que están cobrando un poco más de 3500 trabajadores. “Presentamos los listados, hubo trabajadores que se bajaron de esos listados por el temor de perder la asignación universal por hijo. Tuvimos la suerte que no se cruzara con Anses y no fueron perjudicados, pero lamentablemente ante el temor de que eso ocurriera, muchos se bajaron”, relató Ledesma.
Es que la realidad del sector que ella representa evidencia la precariedad. De los cerca de 8 mil obreros y obreras, apenas 3324 están registrados, sin contar los temporarios. El trabajo en negro es abrumador.
“Para los registrados y no registrados la situación es exactamente la misma, con la diferencia que quienes están registrados quizás ya tienen asegurado el mínimo vital y móvil –el garantizado- y quienes no están registrados, luchamos para que lo perciban. Pero la situación para el total de los compañeros es la misma porque es por la falta de materia prima llegada a tierra”, explicó la titular del Sindicato de Obreros de la Industria del Pescado (Soip).
“Esta situación grave y complicada la venimos manifestando desde hace dos años aproximadamente y estamos hoy al límite de la desesperación”, añadió.
Incluso, este año ha fracaso la zafra de anchoas, que de manera temporal calmaba en parte la necesidad de trabajo. “Debía comenzar a mediados de agosto y estamos a mediados de octubre. Apareció algo a fines de septiembre pero en muy poca cantidad y en un tamaño que no corresponde para descabezar”, detalló. “La situación no da para más”, sintetizó.