JOVENES MARPLATENSES EN JORNADA MUNDIAL DE CRACOVIA

 

Este fin de semana, partieron los peregrinos de la diócesis de Mar del Plata para participar de una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud junto al papa Francisco y millones de jóvenes llegados de todos el mundo. En esta oportunidad se realizará en Cracovia, Polonia, tierras del Santo Juan Pablo II, impulsor de estos encuentros multitudinarios y juveniles, y será del 26 al 31 de julio.

María Florencia Ferullo, Lautaro Zambelli, Julieta Victorel, Matías Baigorria y María Inés Amato, serán algunos de los marplatenses que participarán de este acontecimiento que promete ser un importantísima manifestación de fe en Jesucristo y la Iglesia Católica. “Esta es la segunda vez que participo de la JMJ. Tuve la gracia de encontrarme con todos los jóvenes del mundo en Río 2013. Experiencia que transformó mi vida personal y espiritual. Cuando volví de Brasil me dije a mi misma que por nada del mundo me iba a perder la próxima jornada. Y aquí estamos, en la cuenta regresiva para congregarnos junto al papa Francisco en Cracovia. No hay otra expectativa que la de renovar mi vida de fe. La de cargar de fuerzas en esta misión que tenemos en el mundo de ser discípulos y misioneros de la misericordia de Dios”, manifestó María Florencia, de 27 años.

Lautaro, 21 años, perteneciente al movimiento de FASTA señaló, “esta será mi primera experiencia en una JMJ y tengo la mayor de las expectativas, pienso que va a ser el mejor viaje de mi vida por el sentido cristiano y por la cantidad de gente que se va a reunir en nombre de Dios”. Por su parte Julieta, también participará por primera vez de una jornada mundial de la juventud y recordó que empezó hace un año comenzó a juntar dinero en una botella, “Creo que de alguna forma Dios fue cambiando y preparando también mi corazón para este regalo tan grande que tiene pensado para mí y para cada uno de nosotros. Sé que va a ser una jornada en la que, tanto por el lugar que nos convoca, como por el año que estamos viviendo, la misericordia va a marcar muy fuerte nuestros corazones, y la verdad que lo espero con muchas ganas. Vamos a estar en lugares de mucha gracia y por donde pasaron grandes santos y no es una oportunidad de todos los días. Así que con muchas ganas de dejar a Dios hacer lo suyo en mi corazón. Y poder vivir con mucha alegría de este encuentro con jóvenes de todo el mundo, que debe ser una experiencia de Iglesia y comunión muy grande. Llevo en mi corazón muchas intenciones, mías y de gente que quiero”.

“Esta JMJ surgió como una posibilidad en la que acepté ir, sin tener en cuenta hacia dónde iba. A medida que pasó el tiempo y se fueron concretando diferentes cosas en mi vida, comencé a preparar mi corazón para vivir este evento según lo que Dios me tenga a mí y a mis compañeros de viaje preparado. Creo que todavía no caigo que ya en días estaré viviendo esta oportunidad que creo que es única y que por eso voy a disfrutar desde el primer momento. Teniendo también en mis intenciones a mis compañeros que no han podido viajar, mi ciudad y mi país como prioridad para rezar y dar gracias en este evento”, manifestó Matías, quien también expresó será la primera vez que participe.

Finalmente, María Inés, 20 años también expresó que participará de la JMJ por primer vez: “Es un sueño a cumplir desde hace ya dos años, y creo que cuando es el momento para cumplirlo, aunque sea en Polonia, es posible. Espero encontrarme con jóvenes de todo el mundo y el papa Francisco, para unir culturas e idiomas teniendo todos en común que conocimos a Jesús y queremos seguirlo. Es por eso que espero de esta jornada encontrarme profundamente con Cristo y reconocerlo en cada persona con la que comparta en el camino, testimoniar que sigo apostando por la Iglesia y compartir esta felicidad plena que tengo por descubrirme amada por Dios. Y todo lo demás, serán grandes sorpresas, regalos de Dios a los que me dispongo con el corazón abierto, como la playa al mar”.

El origen de la Jornada Mundial de la Juventud

Todo comenzó con un encuentro promovido por el Papa Juan Pablo II en 1984 en Roma. A partir del año siguiente el encuentro comenzó a denominarse Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), y buscó siempre mostrar al mundo el testimonio de una fe viva, transformadora y fundamentalmente el rostro de Cristo en cada joven.

En el origen y la organización de estos encuentros multitudinarios, estuvo el actual siervo de Dios, Cardenal Eduardo Pironio, quien en ese entonces era el presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, y había sido desde 1972 hasta 1975, obispo de Mar del Plata. La Jornada Mundial de la Juventud, se realiza desde ese entonces, anualmente en las diócesis de todo el mundo, y ofrece a cada 2 o 3 años un encuentro internacional de los jóvenes con el papa, que dura aproximadamente una semana. La última edición internacional de la JMJ fue realizada en Río de Janeiro en 2013. Cada edición es animada por un lema, y el de esta 39° Jornada Mundial de la Juventud que se llevará a cabo en Polonia será «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mt 5,7).

“La JMJ de Cracovia 2016 se introduce en el Año Santo de la Misericordia, convirtiéndose en un verdadero Jubileo de los Jóvenes de ámbito mundial. No es la primera vez que un encuentro internacional de los jóvenes coincide con un año jubilar. Cracovia, la ciudad de san Juan Pablo II y de santa Faustina Kowalska, nos espera con el corazón y los brazos abiertos. Creo que la Divina Providencia nos ha guiado para celebrar el Jubileo de los Jóvenes precisamente ahí, donde han vivido estos dos grandes apóstoles de la misericordia en nuestro tiempo. Juan Pablo II intuyó que éste era el tiempo de la misericordia”, dijo el papa Francisco en una carta a los jóvenes que participarán de la jornada venidos de todo el mundo.

“Queridos jóvenes, Jesús misericordioso, representado en la imagen venerada por el pueblo de Dios, en el santuario de Cracovia a él dedicado, los espera. Él se fía de ustedes y cuenta con ustedes. Tiene tantas cosas importantes que decirles a cada uno de ustedes… No tengan miedo de contemplar sus ojos llenos de amor infinito hacia ustedes y déjense acariciar por su mirada misericordiosa, dispuesta a perdonar cada uno de sus pecados, una mirada que es capaz de cambiar la vida de ustedes y de sanar las heridas de sus almas, una mirada que sacia la sed profunda de sus jóvenes corazones: sed de amor, de paz, de alegría y de auténtica felicidad. Vayan a él y no tengan miedo. Vayan para decirle desde lo más profundo de sus corazones: Jesús, confío en ti” remarcó el Santo Padre.