La 58 Asamblea General Ordinaria de Delegados Congresales de la Asociación Trabajadores de la Industria Lechera (ATILRA) aprobó por unanimidad la Memoria y el Balance correspondientes al año 2013 durante su sesión realizada en la sede de la Seccional Rafaela, el pasado 18 de junio.
Encabezada por el secretario general, Héctor Ponce, participaron representantes de todas las Seccionales, Delegaciones y Regionales que componen la organización sindical.
Al final de la Asamblea Ponce expresó sus consideraciones sobre tres temas principales: la situación generada por el fallo del juez estadounidense Griesa relativo al reclamo de los fondos buitres contra nuestro país; la situación del movimiento obrero y la actualidad de la ATILRA.
Con respecto al primer tema, dijo que el fallo no era contra un gobierno sino contra el Estado argentino. Hizo un racconto de la génesis de la deuda externa, que se vio incrementada dramáticamente desde el golpe cívico-militar de 1976 hasta el 2003. “Esta deuda – aclaró Ponce- no es fruto de un desmadre de este gobierno sino más bien una consecuencia de las políticas que se implementaron hasta la aparición de Néstor Kirchner luego de la gran crisis de diciembre de 2001”.
Sobre las divisiones en el movimiento obrero afirmó que dialoga frecuentemente con secretarios generales de otras organizaciones gremiales y que en cada diálogo mantiene la idea de que “no debe confundirse la unidad con el amontonamiento. Esto es para nosotros un principio claro -dijo- y no queremos que nadie nos confunda. El movimiento obrero deberá decidir una unificación que esté basada en la voluntad de todos los trabajadores y no en un mero acuerdo de cúpulas, porque en esa clase de acuerdos no se tiene en cuenta a los protagonistas, que son, ni más ni menos, los trabajadores argentinos”, refirió.
Por último, sobre la ATILRA, se focalizó en lo que llamó “la conciencia del mérito” y explicó que “toda organización tiene mujeres y hombres que están en las buenas y en las malas y que luchan por los derechos de todos, y esto vale tanto para sus dirigentes, activistas y trabajadores de base. Pero también están aquellos que se incorporaron a la Organización en los últimos tiempos y que no deben atribuirse los méritos que otros habían conseguido. No digo esto por ningún compañero en particular -indicó-. Solo digo que esto es algo inherente a la vida de las organizaciones y que nosotros debemos saber, para realizar evaluaciones justas, lo que la Organización ha podido realizar hasta hoy y quienes fueron los que pusieron el cuerpo”.