El intendente Carlos Fernando Arroyo encabezó el acto conmemorativo por el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra en Malvinas a 35 años del combate. Se realizó en el monumento a los Caídos, ubicado en Córdoba entre Diagonal Alberdi y 25 de Mayo.
En este marco, Arroyo manifestó que “siento un enorme peso por hablar en este acto. Confieso que recuerdo cada segundo de esa mañana, lo que pensé, con quien hablé, cuando me enteré que las Fuerzas argentinas habían desembarcado en las Islas intentado recuperar lo que el invasor inglés alguna vez nos despojó. También recuerdo el frío, una mañana típica marplatense, lloviznaba, mucho viento y frío. Desde una ventana veía un cielo plomizo y triste. Pero muy lejos, a muchos kilómetros de ese lugar, yo estaba en Mar del Plata, argentino como yo estaban luchando”.
“Recuerdo –continuó- que ese momento pedí en tres oportunidades a las autoridades del Ejército que me dejaran ir porque consideraba que era una obligación de todo argentino. Por la edad que ya tenía, treinta y tantos años, no me dejaron. Yo tenía instrucción militar bastante buena y hubiera querido estar: es una de mis grandes frustraciones”.
Asimismo, el jefe comunal recordó que “una vez leí en un libro que los grandes países se construyeron sobre las cenizas de sus héroes. Nosotros los tenemos. Lamentablemente a veces los hemos olvidado. Hay muy pocos historiadores, y menos aún personas, que recuerden los pocos hombres que volvieron de la campaña de San Martín, los pocos que volvieron después de la Batalla de Vilcapugio y Ayohúma, antes de los triunfos de Tucumán y Salta que aseguraron nuestra Independencia e historia actual”.
Además, el Intendente señaló que “los hombres que fueron a Malvinas comenzaron a construir otra época, nos hicieron el cimiento. Los 13 mártires marplatenses más todos otros que quedaron en Darwin, más todos los otros que están en el seno del Atlántico Sur, nos dieron un mandato el cual es hacer una patria grande, una patria para todos los argentinos sin exclusiones, una patria en donde cada chico argentino tenga asegurada la comida, la salud, la educación, que cada argentino tenga trabajo y donde el mayor honor sea tener el uniforme de nuestras fuerzas militares”.
En esta misma línea, Arroyo sostuvo que “un soldado es un soldado, es eso, no hay grados militares; se es soldado o no se es. Soldado es el que está dispuesto a entregar su vida y todo lo que tiene en pos de un ideal, de una patria y es esto lo que necesitamos tener. Necesitamos una patria sin distinciones políticas, una patria que se deje de jugar con pavadas y se ocupe de darle felicidad a este pueblo tan postergado durante años por individuos pequeños, egoístas que nunca entendieron a San Martín, Belgrano, Brown, los grandes que fundaron este país. Las tumbas que están en Darwin, más los 13 seres que tenemos aquí, nos están reclamando y exigiendo, nos gritan desde el más allá, ‘hagan algo, argentinos’”.
“Me duele y me conmueve –siguió Arroyo- ver que hay madres que han perdido lo mejor que tenían, como fueron sus hijos, que hay gente que ha sufrido lo indecible, el frío, el hambre, el miedo, todo lo que significa una batalla. Le hemos pagado tan mal a esa gente. Yo soy de los pocos que fueron a recibir a los soldados e la Estación cuando volvieron. Era una vergüenza, volvían de noche y eran argentinos que habían jugado su vida defendiendo nuestra bandera. Nosotros tenemos una bandera que es la más linda del mundo, una tierra maravillosa, Dios bendijo a nuestra patria cuando hizo el mundo por todo lo que la patria contiene. Sólo falta que nosotros, todos los argentinos, en Mar del Plata, la provincia de Buenos Aires y en las demás provincias, nos pongamos de acuerdo y decidamos hacer un gran país para las generaciones que vienen. Sino, que respuesta y ejemplo le vamos a dejar a nuestros chicos. Las luchas de grupos egoístas que pelean por un cargo político, por el poder, por robarse cosas del país, que creen que el Estado es de otro y el Estado somos nosotros”.
“Acá se acabaron las diferencias. Yo era profesor de una escuela secundaria y el primer aniversario del 2 de abril no me permitieron hacer un acto. Lo tuve que hacer en el barrio Centenario acompañado por quien hoy es miembro de la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires, el Dr. Pettigiani. Éramos dos locos haciendo un acto a los caídos en Malvinas. Esto no tiene que volver a ocurrir”, concluyó.
El acto contó con la participación de funcionarios del gabinete municipal, concejales, integrantes de Boy Scout, Cruz Roja, agrupaciones de excombatientes y veteranos de Malvinas, representantes de las diferentes Fuerza Armadas. En representación del Obispo de la Diócesis de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, estuvo presente el diácono Gustavo Cutropia quien realizó una invocación religiosa mediante la cual pidió por los soldados caídos y sus familiares, por los excombatientes y veteranos de guerra y por la paz en el mundo y en nuestro país.
Se realizó un homenaje a Félix Schroeder, padre el actual secretario de Economía y Hacienda y excombatiente, Gustavo Schroeder, fundador del Centro de Excombatientes e impulsor del monumento emplazado en Córdoba y 25 de mayo. Por su parte, integrantes de hijos de excombatientes brindaron unas palabras alusivas al acto e hicieron entrega de una ofrenda floral a la familia del soldado oscar arte. Mientras que, Mario Garbili, Secretario del Centro de Excombatientes, también brindó un discurso en el cual, además de hacer un repaso de la historia que atravesaron los soldado luego del combate, agradeció a la Municipalidad por la puesta en valor del monumento.
Seguidamente, y continuando con el emotivo acto, distintas organizaciones y agrupaciones hicieron entrega de ofrendas florales que fueron colocadas al pie del monumento. Por último, y luego de hacer un minuto de silencio por los soldados caídos en Malvinas, se realizó el tradicional desfile cívico-militar por las calles adyacentes al monumento.