«A DESABURRIR EL INVIERNO»

 

Jóvenes beneficiarios del programa social de Gestión de Residuos participaron de la elaboración del vestuario y escenografía de “Jarana”, el espectáculo que se presenta todos los días en el Teatro Auditorium. Según su coordinadora, Silvia Guerrero, el objetivo es brindarles “la posibilidad de que tengan un nuevo proyecto de vida”.

Por primera vez, y en una experiencia única en el país, el equipo social de Ente de Obras y Servicios Urbanos y la Dirección del Teatro Auditorium desarrollaron juntos una propuesta inclusiva para contribuir al programa de erradicación del trabajo infantil. De este modo, doce jóvenes que hoy forman parte del programa social que lleva adelante el ente municipal, pudieron colaborar en la confección del vestuario y la escenografía del espectáculo “Jarana” que se brinda, durante las vacaciones de invierno, en el foyer del teatro.

Son adolescentes de entre 16 y 18 años que diariamente realizan actividades culturales, recreativas y educativas, en el marco de un proceso de erradicación del trabajo infantil de niños y adolescentes cuyas familias concurren al playón de descarga de residuos domiciliarios, una iniciativa impulsada por el Equipo Social GIRSU (Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos) desde 2015.

Así, en coordinación con el programa de Almacenes Culturales se creó un proyecto cultural con capacitación y salida laboral ligado a los propios intereses y motivaciones de los jóvenes. En ese contexto, los chicos participaron de la elaboración del vestuario de lo artistas y de las marionetas que ellos mismos manejan durante el show de “Jarana”, una experiencia multimedial que sube a escena todos los días como prólogo de “A Desaburrir el Invierno”.

En este sentido, el presidente del Enosur, Eduardo Abud, subrayó que “no hay nada de experiencia en erradicación del trabajo infantil en otros basurales del país por eso también queremos que esto salga bien y pueda replicarse en otras experiencias”.

Por su parte Silvia Guerrero, coordinadora del Equipo Social GIRSU destacó que el espíritu de la iniciativa es brindarles “la posibilidad de que tengan un nuevo proyecto de vida, para que puedan ver qué quieren hacer y darse cuenta que pueden hacerlo”.
EL VALOR DE LA INCLUSIÓN
Cuando las carencias se multiplican -económicas, familiares, culturales- pensar en establecer una rutina y generar un compromiso laboral se presentan como un desafío. Por ello, “cuando nos dijeron: ‘llegaron todos, a tiempo, no se quieren ir, son responsables’, ya nos sentimos superados en nuestras expectativas, es una gran alegría –continuó Guerrero- hasta que no arrancara el domingo 17, no sabíamos si los chicos iban a cumplir, el hecho de que vengan de sus barrios cuando llueve cuando muchas veces no tienen una familia que los incentive y vienen acá solos, es un gran logro”.
A su vez, la coordinadora sostuvo que “la verdad es que las ganas de estar incluidos, el amor que encontraron acá y el sentirse parte de esto hizo que no quisieran perdérselo”, y aseveró que “ellos nunca vislumbraron algo así cuando hacían en un pequeño taller o muertos de frío donde estábamos, una máscara o alguna artesanía”.

La participación en los talleres es abierta para todo el grupo de becados y jóvenes de otras instituciones de la ciudad, siendo la inclusión laboral dirigida a jóvenes a partir de los 16 años que quieran desempeñarse en esta actividad, a través de un contrato de trabajo (Ley Nº 20.744) con la carga horaria semanal permitida y la autorización correspondiente de los padres o tutores de los menores de edad, con la participación de la COPRETI (Comisión Provincial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil).
En tanto, para Daniel Pérez, coordinador artístico de “Jarana”, la experiencia de trabajar con los chicos en situación de vulnerabilidad “te golpea fuerte y te hace pensar en cuánto uno puede ayudar sin darse cuenta, desde el lugar que ocupa”. Es que, además, de la obra participan niños que integran un taller de percusión en APAND y tocan junto a la banda en vivo.

UNA PROPUESTA INNOVADORA

“Jarana” -contó Pérez- surgió de “una idea que tuvo el director del teatro, Marcelo Marán, de cambiar la estructura clásica de “A Desaburrir el Invierno”, donde la gente venía y se encontraba con talleres de pintura, cerámica y demás, y eso, que era muy común, no cumplía con una función real ya que los chicos se dispersaban y abandonaban las actividades. Entonces pensamos en hacer alguna intervención en el foyer y así nació ‘Jarana’”, relató.

Pérez lo describió como “un universo de fantasía en el que se van dando distintos sucesos”. Este espectáculo multimedial, innovador por su puesta escénica para la historia del Teatro, se vale del arte circense, la danza, el canto, el hip hop, marionetas y música original en vivo, que acompañados por la tecnología del mapping se integran en una narrativa basada en los cuatro elementos