El edificio, símbolo de la prestación del servicio de agua, celebró un nuevo aniversario.
Guarda historia, refleja testimonio y transmite crecimiento. La Torre Tanque de la ciudad cumplió 74 años este viernes y la celebración en los jardines de Falucho y Mendoza sirvió para renovar el compromiso de Obras Sanitarias en orden a un objetivo común que alinea a Nación, Provincia y Municipio: la universalización de los servicios.
El acto en este monumento histórico nacional se desarrolló en las primeras horas de la noche y contó con la presencia de la vicepresidente de OSSE, Ing. Viviana Bolgeri; la secretaria de Cultura de General Pueyrredon, Silvana Rojas, y las máximas autoridades del Ente Municipal de Turismo, Gabriela Magnoler y Jorge Zanier. También participó un nutrido público, que incluyó a turistas y residentes.
“Decididamente tomamos como un ejercicio saludable abrir las puertas de la Torre a todos los vecinos y ocasionales turistas –destacó Dell Olio-. Esta alternativa no es sólo de temporada sino que a lo largo de todo el año la gente se puede acercar. Las experiencias que recogemos con quienes descubren el lugar por primera vez o bien lo redescubren con sus exposiciones y charlas informativas sobre la prestación del servicio, nos enriquecen. Buscamos que no sólo se trate de una visita al imponente mirador, sino que quienes lleguen hasta aquí disfruten de un verdadero paseo educativo. Hacemos eje en el uso racional y consumo responsable del recurso”.
La Torre Tanque es efectivamente, desde diciembre de 2013, un Monumento Histórico Nacional. Así lo determina el Decreto Presidencial 2109. Posee un tanque con capacidad de quinientos metros cúbicos (500 m3) y una altura total -desde la vereda hasta su coronamiento- de 46 metros. Además, cuenta con una espaciosa terraza que hace las veces de mirador, facilitando la vista del mar y las playas; se puede acceder a través de un ascensor y una escalera interna de 194 escalones.
Este edificio, que asoma en lo alto de la Loma de Stella Maris, fue ideado por el arquitecto Cornelio Lange quien se alzara con el concurso de anteproyectos lanzado oportunamente. Su obra, de estilo Tudor – predominante en la Inglaterra del Siglo XV – cuajó perfectamente con la postal marplatense de entonces y de hoy en tan tradicional barrio de la ciudad.