UNMdP: advierten que la cancelación de fondos científicos golpea el corazón del sistema de investigación

La Universidad Nacional de Mar del Plata expresó su “profunda preocupación” por la anulación de las convocatorias PICT 2022 y 2023 y alertó que la medida desmantela proyectos clave, afecta a miles de investigadores y deja al país sin herramientas regulares de financiamiento público para la ciencia.

 

La Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) salió a marcar una fuerte posición tras la decisión comunicada el 4 de diciembre por el Directorio de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+i), que dejó sin efecto la convocatoria PICT 2022 y clausuró definitivamente la correspondiente al año 2023. La institución consideró que la medida, sumada a casi dos años de parálisis administrativa en el organismo, representa “un daño de magnitud inédita” para el entramado científico-tecnológico argentino.

 

En un contexto signado por un proceso de ajuste y desfinanciación del sector público, la Universidad recordó que los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT) constituyeron históricamente el principal instrumento federal y competitivo para sostener la investigación en el país. También fueron —subrayaron— un componente indispensable para la continuidad y expansión de las líneas de trabajo que se desarrollan en la comunidad académica local.

 

Las autoridades universitarias remarcaron que se trataba de convocatorias respaldadas por mecanismos de evaluación rigurosa, con criterios que priorizaban la viabilidad, la innovación y el impacto social y productivo de los proyectos. Su interrupción —advirtieron— “quiebra de un día para otro el trabajo sostenido de numerosos equipos, compromete la consolidación de grupos emergentes y pone en riesgo la formación de nuevas camadas de científicas y científicos”.

 

El impacto en Mar del Plata no es menor. La UNMdP detalló que este financiamiento permitía la ejecución anual de entre 300 y 350 proyectos distribuidos en todos los centros de investigación de la institución, involucrando a más de 2.000 investigadores, becarios y personal técnico. Cada año, alrededor de un centenar de iniciativas eran seleccionadas por la Agencia para recibir financiamiento, lo que representaba cerca del 90% de los recursos externos que ingresaban al sistema científico local. A ello se suman más de 400 proyectos impulsados con fondos propios, también sometidos a evaluaciones académicas y controles administrativos estrictos.

 

En su pronunciamiento, la Universidad alertó que el desmantelamiento del sistema de promoción científica no sólo condiciona el funcionamiento diario de universidades, institutos y centros de I+D, sino que también “erosiona capacidades estratégicas para el desarrollo económico, productivo, sanitario y social del país”. Y si bien valoró las nuevas convocatorias orientadas a proyectos con empresas, advirtió que “ni por volumen, ni por alcance, ni por presupuesto pueden suplir el vacío generado por la desaparición de los PICT ni por la inactividad prolongada de la Agencia”.

 

El comunicado también cuestionó la “falaz confrontación entre ciencia básica y ciencia aplicada”, utilizada —según la institución— para justificar recortes drásticos. “Toda aplicación concreta se sostiene en un entramado sólido de generación de conocimiento”, señalaron, antes de remarcar que el país queda hoy “sin mecanismos regulares de financiamiento público para investigar”, un escenario que, afirmaron, deteriora de forma severa las condiciones para producir conocimiento de excelencia.