Murió Julio H. G. Olivera, un economista argentino que fue maestro de maestros
Teórico respetado y reconocido en todo el mundo, el economista falleció a los 87 años. Sus estudios sobre el impacto negativo de la inflación lo llevaron a ser postulado al Premio Nobel.
En su singular carrera profesional el economista recibió grandes reconocimientos y hasta fue postulado al Nobel de la Academia Sueca En su singular carrera profesional el economista recibió grandes reconocimientos y hasta fue postulado al Nobel de la Academia Sueca
«Mi primer Maestro con mayúscula. Un científico de verdad. Somos muchos los que le debemos tanto», fueron las primeras palabras de Carlos Rodríguez, rector-fundador de la Universidad del CEMA, al conocer la noticia.
Julio H G Olivera se destacó por su críticas al perjuicio que ejerce en la economía convivir con altas tasas de inflación, las cuales dieron lugar, en 1967 a su obra Money prices and fiscal flags, un análisis de la relación entre la recaudación tributaria y la inflación, que fue continuado en 1977 por el doctor en Economía Vito Tanzi, experto del FMI en tributación, en Inflación, intervalos en la recaudación y el valor real de las rentas públicas, que dieron lugar al conocido por estas tierras el «efecto Olivera-Tanzi», que sostiene que la inflación es la que genera déficit fiscal, enfoque contrario a la visión tradicional del tema.
La profesión acuñó el “efecto Olivera-Tanzi”, que asocia al déficit fiscal al fenómeno de la alta inflación
Es que en sus notables investigaciones descubrió que «a medida que la tasa de inflación crece, la recaudación real obtenida por los impuestos decrece, debido a los costos de recaudación y a la demora, ya que desde el momento en que se emite la boleta de un impuesto hasta que se recauda, la moneda pierde valor por la inflación. En consecuencia, la recaudación impositiva pierde poder adquisitivo con el consiguiente deterioro de las cuentas fiscales, porque los gastos se ajustan con mayor rapidez».
Si bien en los 70 y 80 la economía argentina convivió con un escenario de tasas de inflación por mes similares a las que el país registra desde fines de la década pasada para todo el año, la cual es de casi 10 veces el promedio del planeta, las enseñanzas de Olivera se mantienen bien gravadas en muchos de los economistas del Gobierno de Cambiemos, porque saben que con la estabilidad de precios se podrá recuperar la senda del crecimiento y terminar con un abultado déficit fiscal, sino también porque es la llave para avanzar hacia el objetivo de reducir a cero la pobreza.
Un singular legado para varias generaciones
El profesor Olivera fue autor de más de doscientos artículos, la mayoría de los cuales fueron publicados en revistas científicas internacionales como Journal of Political Economy, The Economic Journal, Econometrica (revista publicada por la Econometric Society, Revue d’économie politique (de Francia), Quarterly Journal of Economics (publicado por la Oxford University Press), Weltwirtschaftliches Archiv (renombrada luego comoReview of World Economics), Journal of Money, Credit and Banking, Kredit und Kapital, Journal of Development Economics y Kyklos.
En la Universidad de Buenos Aires fue profesor de las cátedras «Historia de las Doctrinas Económicas» y de «Dinero, Crédito y Bancos», además fue director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Facultad de Ciencias Económicas y rector en el período 1962-1965.
Fue investigador en las universidades de Londres y de Sussex en Gran Bretaña y profesor en las universidades de Chicago y de Gotinga en Alemania. En 1967 fue catedrático en la Universidad de Yale, Estados Unidos, inaugurando la cátedra Irving Fisher.
Fue también asesor de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en 1960. Presidente honorario de la Asociación Argentina de Economía Política (AAEP) -fundada el 6 de noviembre de 1957 por catorce miembros, entre ellos Roberto Alemann y Aldo Ferrer- desde su creación hasta 1967. Miembro titular de la «Académie internationale des sciences politiques» (París-Ginebra); del Club de Roma; del Honorary Editorial Advisory Board de la revista científica World Development de Chicago; de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Buenos Aires de la cual fue vicepresidente desde 1973 hasta 1979 y presidente en los períodos 1989-1991 y 2001-2003; académico de número en la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires desde el de 6 mayo de 1964; miembro titular de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires; miembro del grupo consultivo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet); presidente de la Comisión de Doctorado en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA en los períodos 1997-2000 y 2001-2004; miembro del Consejo Asesor de Educación Superior; miembro del Consejo para la Consolidación de la Democracia desde 1985 hasta 1989, durante la presidencia de Raúl Alfonsín.