LA VICTIMA YA NO ESTA SOLA – RATIFICARON LA SENTENCIA MÁS DURA..

El Doctor Julio Razona nos pone al tanto de un caso judicial que paralizo a Necochea. Este es su testimonio:

Tuve el honor de representar como Particular Damnificado en juicio por jurados, en la ciudad de Necochea a MARISA ASTUDILLO, una mujer que durante más de veinte años fue sometida a por su marido RUBEN ORTEGA, funcionario policial de la Provincia de Buenos Aires a los más aberrantes hechos de perversión, sometimiento y humillación, que culminaron cuando este sujeto descerrajó, portando su uniforme, tres disparos con su arma reglamentaria a corta distancia, por la espalda a su víctima.
Milagrosamente mi cliente está viva, pero sufriendo gravísimas secuelas físicas consecuencia de las terribles lesiones que está superando muy lentamente.
Ortega fue condenado a la pena de 24 años de prisión, en el juicio llevado a cabo en Necochea, sentencia que ha ratificado recientemente la Sala III del Tribunal de Casación Provincial, como autor material del delito de HOMICIDIO TRIPLEMENTE CALIFICADO, POR EL VINCULO, POR EL USO DE ARMA DE FUEGO Y POR VIOLENCIA DE GENERO, EN GRADO DE TENTATIVA. Es la primera vez en la historia judicial que la pena de una tentativa de homicidio supera los 16 años de prisión, ya que el jurado y la Jueza del Tribunal, Dra Mariana Giménez, hicieron lugar a nuestra postura en cuanto que el agravante de violencia de género se debe sumar a maximo de la pena.
La vida de Astudillo fue un verdadero calvario, absolutamente controlada por su agresor, vivió prácticamente encerrada en su domicilio, con miedo, siendo abusada, maltratada, humillada en forma constante y manipulada psicológicamente, especialmente con sus hijos para asegurar su silencio y sometimiento absoluto.
Dormir vestida para no ser agredida sexualmente, huir escondida con su hija y ser detenido el colectivo en la ruta por su marido policía, escapar a la vivienda de su madre y ser hallada por el perverso, amenazada con prender fuego su casa con los niños dentro si intentaba pedir auxilio. Ahogada, golpeada, agredida, sometida, mortificada y aterrorizada, pasó más de la mitad de su vida.
Hoy Marisa Astudillo se encuentra impedida físicamente de caminar normalmente, ya que un proyectil afectó parte de su médula espinal. Se desplaza muy lentamente con bastones canadienses, tiene afectados sus dos pulmones, ya que ambos fueron atravesados por otro disparo y el brazo derecho ante el ingreso de una bala en el húmero.
Demostró ser una mujer valiente, heroica, que enfrentó y decisión, superando todos los miedos imaginables, a su torturador y homicida.
No la respaldó ningún “colectivo” de pañuelo alguno, ni ninguna ONG, no fue tapa de revistas, ni su abusador escrachado. Demostró que aun en la más absoluta soledad una mujer victimizada puede convertirse en un ejemplo de coraje.