La labor veterinaria en los barrios: salud pública, contención y compromiso comunitario

 

La médica veterinaria Adriana Oacco trabaja desde hace casi dos décadas en contextos de vulnerabilidad social, donde la atención a los animales se entrelaza con la salud pública, la seguridad alimentaria y el acompañamiento a las comunidades.

La labor veterinaria en territorios atravesados por la desigualdad excede ampliamente la atención clínica. Desde los barrios vulnerables hasta los escenarios de catástrofe, el trabajo en territorio requiere un enfoque integral, donde se conjugan la salud animal, la salud humana y el ambiente. Así lo sostiene la Dra. Adriana Oacco, médica veterinaria con una extensa trayectoria en intervenciones comunitarias y en la creación de redes de respuesta ante emergencias.

Desde la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, y a través de diversos proyectos de extensión, la Dra. Noacco ha desarrollado estrategias que integran el abordaje veterinario con problemáticas sociales urgentes. Durante su carrera ha articulado con organizaciones barriales, comedores comunitarios y redes de asistencia en distintas provincias del país. Tras la pandemia, su experiencia se consolidó a nivel regional con la creación de la Red de Veterinarios en Catástrofes y, más recientemente, de ALEYDA (Asociación Latinoamericana de Emergencias y Desastres para Animales).

“Cada comunidad impone una lógica distinta. El abordaje veterinario no puede ser rígido. El trabajo en territorio nos obliga a integrar la medicina veterinaria con un enfoque social, ambiental y comunitario”, sostiene la Dra. Noacco.

Uno de los pilares de su labor es la prevención, mediante capacitaciones a referentes comunitarios en temas como enfermedades zoonóticas, gestión de alimentos donados, manejo de animales en refugios y autoproducción de alimentos. En situaciones de emergencia —como inundaciones, olas de calor o incendios—, la intervención veterinaria cobra especial relevancia por los múltiples riesgos a los que quedan expuestos los animales y la escasez de recursos veterinarios durante la crisis.

Además del aspecto técnico, la Dra. Noacco resalta la importancia del vínculo humano:

“El animal forma parte del núcleo familiar. Atenderlo también es atender esa red emocional. Desde ese lugar, la veterinaria se vuelve una herramienta de reconstrucción social”.

Este enfoque invita a repensar el rol del veterinario como agente de cambio social. Supone ampliar la mirada profesional, incorporar herramientas sociales y comprender que la medicina veterinaria también es participación activa en la realidad del país. Para la sociedad en general, representa una oportunidad para reconocer el valor de una salud integral que incluya a los animales, a las personas y al ambiente que habitan.