EMOCION EN LA DESPEDIDA DEL PADRE FARFAN

 

Ayer por la tarde, monseñor Antonio Marino, obispo de Mar del Plata; presidió la misa de despedida del padre Jorge Farfan en el hogarcito Don Orione, ubicado en Matheu 3330. Concelebraron el provincial de la obra Don Orione, padre Gustavo Aime y todos los sacerdotes orionitas que viven en Mar del Plata. También presentaron en la eucaristía, al nuevo director del hogar, el religioso hermano Alberto Pereyra. La comunidad, y los residentes del hogar, acompañaron y despidieron con emoción al padre Jorge Farfan.

“Se ha cumplido un ciclo de doce años para el padre Jorge, es un tiempo muy importante consagrado a esta obra hermosa maravillosa de la Iglesia; la caridad hacia nuestros hermanos que tienen capacidades diferentes y que llena de sentido este lugar. La carta de presentación para la Iglesia es la caridad, ‘en esto conocerán todos que son mis discípulos en el amor que se tengan unos a otros’. Es la primera forma de predicación, la conducta, renovada por la fe que traduce la vida nueva en Cristo Jesús, a través de obras, palabras, a través del testimonio de la vida. Como obispo de esta Iglesia de Mar del Plata, también quiero sumarme a tu acción de gracias, y dar gracias por esta tarea. La Iglesia es un cuerpo que tiene funciones distintas, con carismas diferentes, pero todas esas funciones contribuyen a la perfección, al bienestar, del cuerpo místico de Cristo”, expresó monseñor Marino en la homilía.

“Doce años han pasado, y como el ser humano no es sólo entendimiento y voluntad, sino también sentimientos, afectos y emociones; cuando alguien se dedica con convicción, vocación a una tarea, es lógico que empiecen a surgir raíces afectivas que a uno lo arraigan en un lugar. La vocación sacerdotal y más en la profesión religiosa, uno sabe que las raíces están en la voluntad de Dios, y el corazón de Cristo y hay que estar dispuesto cuando a uno lo llamen. Será imposible que olvides este paso por el hogarcito, es una riqueza que queda para siempre en el corazón y ese amor se va acumulando y dejando enseñanzas para otra tarea. También tengo que mencionar la tarea que haces en el programa de televisión ‘Un canto a la vida’, y es que esto es el hogarcito un canto a la vida, aquellos en los cuales se piensa poco, pasan a ser para algunos el motivo por el cual vale la pena vivir”, resaltó el obispo.

Finalmente, monseñor Marino, agradeció al sacerdote Farfan “por todo lo que pudiste trabajar aquí” y dio gracias a la congregación orionita por la presencia, colaboración y el servicio a la Iglesia diocesana de Mar del Plata.

Por su parte, al finalizar la misa, el padre Jorge Farfan, tomó la palabra y expresó “este paso por esta casa, que tan significativa es para la obra de Don Orione, como expresaba el padre provincial atención a los residentes, a los que Don Orione consideraba nuestros patrones. Pero no podría haber hecho nada sin la confianza en la providencia de Dios, no hubiese podido llevar adelante el proyecto de la caridad sin el compromiso y desafío del equipo de conducción, la señora Claudia y la señora Karina y todo el personal, los amigos con su oración y cercanía ayudan a llevar adelante este proyecto”.

“Quiero tomar unas palabras de nuestro santo fundador, en momentos en que le tocaba marcar una obediencia a sus religiosos ‘obedezcamos con mucha simplicidad, sin pensar si la disposición es útil o inútil, no somos jueces de nuestros superiores, sabemos que la voluntad de Dios consiste en obedecerlos. Realicemos la obediencia con prontitud, sencillez, con todo el corazón, considerándola lo mejor. En la obediencia reside una gran sabiduría, la sabiduría que todo lo abraza. Lo que cuenta delante de Dios no es realizar muchas obras sino tener un corazón grande, humilde, recto, obediente, la simple obediencia que es una virtud tan amada por Dios que ella sólo basta para santificarnos y a las personas que comparten la vida con nosotros”.

Por último agradeció al obispo “siempre hemos tenido el privilegio y al delicadeza de sentirlo padre, y pastor, consejero para nosotros en el camino que Dios nos marca. Como el pastor que conduce a las ovejas”. También a la comunidad religiosa a los padres Jacinto, Fernando y Pablo; al padre provincial por la presencia en la misa y también al padre Alberto quien lo sucederá en su tarea al frente del Hogarcito: “les dejo a un gran religioso que al estilo de Don Orione compartirá con las almas todo aquello que sirva para unir al Señor. Te agradezco la generosidad, te deseamos lo mejor porque en nombre de Dios harás mucho bien, acompañando a los residentes, al personal y a todos los amigos que tenemos”.