EL «ARCO» DE MARTIN PALERMO

SIETE AÑOS QUE BOCA LE REGALÓ EL ARCO A PALERMO Y ES UNA GRAN ATRACCIÓN EN LA PLATA

“La gente no para de sacarse fotos. Tenemos miles de historia. Este arco ya pasó a ser un atractivo más de La Plata como cualquier edificio público, plaza o paseo ” dijo Juan Hargouas, administrador del complejo Montego Sport ubicado en 44 entre 147 y 148 de la capital provincial, lugar que también tiene como socio a Martín Palermo.

“Tenemos miles de historia, pero recuerdo una en especial. Era un joven del sur del país que se tomó un colectivo, fue a Buenos Aires, se vino en tren hasta aqui, se tomó el micro para llegar hasta acá y esperaba que lo atienda Palermo. Fue muy loco”, recuerda Hargouas.

“Vienen cientos de personas por día a jugar al fútbol, tenis o al gimnasio, pero el arco es lo que llama la atención. Muchos se enteran acá y no lo pueden creer. Tiene más fotos que la Catedral”, aseguró en tono de broma el administrador de Montego.

El público no deja de asombrarse. “Parece una obra de arte en un museo, donde la gente se acerca a verlo, se sacan fotos y revive anécdotas de sus goles”, indicó Guillermo, un joven que asiste asiduamente a jugar al tenis.

“Muchos esperan a Palermo haciendo goles en el arco, pero acá está su magia y los recuerdos de los miles de gritos que hizo en la Bombonera”, señaló Jony, uno de los chicos que atiende en el club, que cuenta con tres canchas de fútbol 5 con césped sintético, cuatro canchas de tenis de polvo de ladrillo y un gimnasio.

Martín Palermo jugó su último partido en La Bombonera el 12 de junio de 2011. Boca, a modo de homenaje, le regaló uno de los arcos del estadio en un gesto sin precedentes a su goleador histórico con 236 goles. Había llegado de Estudiantes en 1997. Desde allí se cansó de convertir goles de todo tipo hasta que a los 37 años se retiró del fútbol.

Con el arco ya en poder de Palermo, el club se lo pidió prestado para que días después Gimnasia y Huracán definan quien descendía al Nacional B. Luego el goleador se lo trajo a La Plata y estuvo mucho tiempo en un galpón hasta que se terminó la construcción de este complejo.

“Está en un lugar muy visible, casi en la entrada, frente a la cancha de fútbol principal que tenemos. Es un imán para cualquiera. No importa de qué equipo uno es hincha. Es imposible no admirarlo. Sobre todo para la gente del interior que llega y se acerca al predio” aseguró Hargouas, quien recordó que “el arco pesa una tonelada. Nos costó mucho trasladarlo”.

El 12 de junio, luego del empate en 1 ante Banfield, todo el estadio de Boca Juniors se emocionaba al despedir al «Titán» con aplausos y lágrimas.

Ciento veintinueve goles marcó el quinto goleador histórico del fútbol argentino con la camiseta xeneize. En su carrera llegó a 227 gritos. Esa noche, ahogado por una profunda emoción, el platense Martín Palermo dijo que dejaba en ese arco muchos recuerdos.