El Concejo aprobó la designación de tres nuevos jueces de Faltas tras años de vacantes
El cuerpo legislativo dio el visto bueno a los nombramientos de Leandro Gabás, Franklin Llan de Rosos y Paula Hernández para cubrir cargos que estaban sin ocupar desde la gestión de Carlos Arroyo. Aunque hubo consenso en los nombres, la oposición cuestionó la demora del Ejecutivo en avanzar con el proceso.
En una sesión que combinó acuerdos institucionales con tensiones políticas, el Concejo Deliberante avanzó este jueves con la designación de tres nuevos jueces de Faltas, una decisión largamente postergada en el ámbito contravencional local. Con el respaldo mayoritario del cuerpo —y la única abstención del bloque de Unión por la Patria— se aprobaron las propuestas enviadas por el Ejecutivo para cubrir vacantes que se arrastraban desde hace años.
Los nombres aprobados fueron los del actual presidente del Colegio de Abogados, Leandro Gabás —referenciado en el radicalismo—; Franklin Llan de Rosos, quien integró el inicio de la gestión de Guillermo Montenegro como subsecretario Legal y Técnico; y la abogada administrativista Paula Hernández. Las designaciones se formalizaron a través de un decreto de la presidencia del Concejo y deberán ser ratificadas en la próxima sesión.
El atraso en la cobertura de estos cargos fue uno de los ejes del debate. Dos vacantes databan de la gestión de Carlos Arroyo, quien no pudo reunir los consensos necesarios para impulsar a sus candidatos. Durante la administración de Montenegro, se sumó una tercera plaza tras la jubilación del histórico juez de Faltas José Luis Oteiza, aunque el Ejecutivo recién envió las propuestas la semana pasada.
Si bien hubo coincidencia en las figuras propuestas, varios concejales opositores cuestionaron la falta de premura oficial para resolver una situación que —recordaron— afectó el funcionamiento del sistema de faltas municipal. Ese planteo motivó la réplica de la concejal del PRO, Florencia Ranelucci, quien criticó el tono de las intervenciones opositoras. “Ya tienen los votos y sin embargo piden la palabra para decir cosas que no ayudan. No se entiende la necesidad de hablar por hablar y complicar la unanimidad de criterios”, lanzó, generando malestar en los bloques adversarios.
Con este paso, el municipio busca normalizar un área clave para el control urbano y el cumplimiento de las normas locales, que operó durante años con puestos esenciales sin cubrir. La formalización definitiva llegará en la próxima sesión, pero el consenso político ya quedó sellado.