La principal fabricante de cubiertas del país suspendió a toda su plantilla este jueves hasta el viernes. Pirelli ya lo había hecho en agosto y Firestone podría sumarse en los próximos días, por lo que en total serán afectados unos 3.700 empleados.
La recesión alcanzó a la industria del neumático, donde la acumulación de stocks llevó a la principal fabricante del sector a suspender personal. Así, FATE se sumó este jueves a las empresas que comenzaron a recortar la jornada laboral y desafectó hasta el viernes a los 1.700 operarios que trabajan en su planta de San Fernando.
A raíz de la medida, los trabajadores cobrarán el salario básico al 75 por ciento y el premio por productividad al seis por ciento, tal como lo adelantó iProfesional hace dos semanas atrás.
«Mañana (jueves) y pasado (viernes) va a haber suspensiones de la totalidad de la planta por 48 horas. La merma del salario es mínima porque (durante esas jornadas) van a percibir el 75 por ciento del salario», señalaron a este medio fuentes de FATE.
Los ejecutivos de la firma argentina y los representantes del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) se reunieron a fines de agosto en la cartera laboral para homologar la medida acordada previamente por ambas partes en encuentros que mantuvieron en la sede del gremio, liderado por Pedro Wasiejko.
Esta situación confirma las dificultades por la que está atravesando todo el sector dado que la competidora italiana Pirelli ya había comenzado a suspender personal, a mediados de agosto, cuando recortó la jornada a sus 1.100 obreros durante siete días en su fábrica de Merlo.
En los próximos días, se especulaba con que la japonesa Bridgestone Firestone siguiera los mismos pasos en sus instalaciones de Lavallol, dónde trabajan 900 operarios, según informaron fuentes gremiales.
Sin embargo, la empresa precisó que «está evaluando distintas alternativas para hallar las soluciones» que le permitan superar un «periodo de crisis como consecuencia de la caída en la actividad» en un sector que emplea a un total de 3.700 trabajadores.
Las compañías justifican la medida en el retroceso de la producción automotriz, las dificultades aduaneras para exportar a Brasil y la menor demanda en el mercado vecino. Según los datos de Adefa difundidos el miércoles, las ventas a concesionarias cayeron 42 por ciento en agosto, respecto del mismo mes del año pasado.
En tanto, FATE pasó de fabricar 450.000 a 310.000 cubiertas mensuales, lo que representa una caída del 30 por ciento, al tiempo que acumuló un stock equivalente a un mes de producción, que debió ubicar en más de una docena de containers por fuera del depósito, ante la saturación de la capacidad de almacenamiento dentro del establecimiento.
«La razón (de las suspensiones) es una crisis regional que está afectando a Brasil y tenemos cubiertas hasta el techo lo que nos lleva a parar la producción», explicaron desde la empresa.
Impacto
En agosto del año pasado, la empresa ya había aplicado un ajuste similar, pero en ese entonces suspendió durante dos días sólo a 750 empleados. Ahora, como la medida alcanza a la totalidad del personal, hay una mayor preocupación entre los trabajadores y la comisión interna, quienes criticaron el impacto que tendrá sobre los salarios y advirtieron que podrían tomar medidas de fuerza.
«En FATE las suspensiones provocan una pérdida en nuestro sueldo, no es cierto lo que dice la comisión directiva (del gremio) sobre que al ser dinero no remunerativo, sin los descuentos sociales termina siendo prácticamente lo que normalmente se cobraría», señaló en un comunicado la seccional San Fernando, enfrentada a la dirección del SUTNA y vinculada a la izquierda.
El jueves pasado, los tres turnos de la planta se plegaron al paro general convocado por el sindicalismo opositor y paralizaron la producción, a contramano de su propio sindicato que se opuso a la medida de fuerza en sintonía con la postura adoptada por Hugo Yasky, el titular de la CTA afín a la Rosada.
El dirigente de dicha central obrera cuestionó el lunes la huelga al sostener que la misma no mencionaba que el principal problema es «sostener el nivel de empleo y luchar contra los despidos», mientras que elogió la decisión del Gobierno de crear el Observatorio del Empleo en el marco del Consejo del Salario que se reunió a principios de esta semana.
«Hay una situación real que enciende luces de alarma, que es la conflictividad en el sector metalmecánico, en algún sector de la siderurgia, en la construcción, relativa al cierre de fuentes de trabajo», reconoció Yasky.
De acuerdo con los últimos datos suministrados por SMATA, UOM y SUTNA, unos 4.000 empleados fueron afectados por los despidos en la industria y unos 26.000 por las suspensiones.