La decisión fue tomada por unos 30 empleados tras ser notificados por fuerzas de seguridad que debían retirarse de las instalaciones. La empresa, que pagaba un alto alquiler, decidió llevar la producción a Santa Fe.
Los trabajadores de la fábrica de hamburguesas Paty abandonaron este martes por la tarde la planta que mantenían ocupada en la localidad bonaerense de Martínez, luego de que la Justicia dictara una orden de desalojo.
La decisión fue tomada por unos 30 empleados durante una asamblea en la que fueron notificados por personal de Infantería y Gendarmería que debían retirarse en un lapso de 20 minutos de las instalaciones, ubicadas en Fondo de La Legua al 1600.
«Un juez dio una orden de desalojar, vinieron infantería y gendarmería nos dieron 20 minutos para desalojar», explicó a iProfeisonal.com el delegado de la comisión interna, David Soria.
En tanto, el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires informó que este miércoles al mediodía se realizará una audiencia de conciliación.
Los operarios de Paty habían iniciado la protesta el domingo pasado ante la posibilidad de que la compañía cierre sus operaciones y traslade toda la producción a San Jorge, Santa Fe.
Durante el Día del Padre y mientras jugaba la selección argentina, unos 150 efectivos de seguridad privada fueron enviados a custodiar el edificio con la orden de no dejar entrar a nadie. Al conocer la noticia, sus empleados se autoconvocaron esa madruga a las puertas de la planta y, en una rápida asamblea, resolvieron ocupar la fábrica.
Según explicaron los delegados, la empresa ya había anunciado su intención de trasladar sus operaciones, pero nunca le había puesto una fecha a la mudanza. El viernes, incluso, la comisión interna de la fábrica mantuvo un encuentro con personal de Recursos Humanos y se les aseguró que aún no estaba decidido cuándo sería el traslado.
Un efectivo de una de las dos empresas de seguridad privada convocadas para custodiar la planta confirmó que en la madrugada del lunes los operarios forzaron un portón de hierro, ingresaron a la fábrica y, en forma pacífica, les pidieron a todos los custodios que se retiraran del lugar.
El conflicto se asemeja al que hasta hace poco se registró en la autopartista Gestamp. Allí, nueve operarios se atrincheraron en un puente-grúa en reclamo por el despido de 67 empleados. Debido a que la parálisis en la producción de la planta afectó a toda la industria automotriz del país, la provincia de Buenos Aires dictó la conciliación obligatoria y, una vez que los operarios habían dejado la fábrica, la revocó sin dar solución al personal despedido.
En tanto, la empresa emitió un comunicado en el que «repudia la acción de violencia y refuerza que el diálogo está abierto». En el texto aclara que en la fábrica trabajaban 197 empleados y que fue tomada por 60.
No obstante, reconoció que por el traslado de la fábrica la empresa abonará una «gratificación adicional» que consistirá en el equivalente a los «rubros indemnizatorios más un porcentaje adicional y otorgará el beneficio de la extensión de la cobertura de la obra social». Además, aseguró que se ofrecerán «potenciales traslados» a los colaboradores de la compañía.
La planta ubicada en Martínez no forma parte de los activos de la compañía y Quickfood la utiliza bajo contrato de locación. Por esto, aseguran que el traslado a San Jorge, provincia de Santa Fe, le permitirá «fortalecer su operación en la Argentina y alinear el negocio sobre una estructura más eficiente y competitiva».