Ante la desintegración de la comisión de reactivación económica, el intendente Montenegro buscaría seguir los pasos de la ciudad de Tandil pero sin confrontar tan abiertamente con la provincia. La presión de varios sectores económicos se hace insostenible.
Luego que el Frente de Todos abandonara la comisión de reactivación económica por estar en contra de la política de aperturas masivas que impulsa el municipio pesar de la crítica situación sanitaria, el intendente Guillermo Montenegro se quedó sin el sustento político de la oposición para avanzar en ese sentido.
Al mismo tiempo el retroceso a fase 3 generó que muchos sectores económicos de la ciudad manifestaran su malestar por no poder trabajar. Hubo reclamos, corte de calles y críticas para todos, incluso al propio Montenegro. Esta situación llevó a que el municipio enviara un pedido de excepción a la provincia para que reabra la obra privada, la gastronomía y se permita el ingreso de clientes al pequeño comercio. La respuesta fue negativa.
Por ello, según se supo de fuentes cercanas al intendente, por estas horas se analiza la posibilidad de permitir aperturas a través de un decreto.
Esta decisión iría en contra de lo resuelto por la provincia y se enmarcaría en algo similar a lo realizado por el intendente de la ciudad de Tandil, Miguel Lunghi, quien abandonó el sistema de fases para administrar la cuarentena. Sin embargo la idea de Montenegro es no enfrentarse tan abiertamente con gobernación.
Por ello en las últimas horas el jefe comunal estuvo analizando la situación, consultó a referentes políticos de la ciudad y se busca dar forma a la idea. Mar del Plata definiría sus aperturas y administraría la cuarentena sin depender de lo que se diga en La Plata. Este es un pedido que de forma unánime realizan todos los sectores productivos de la ciudad.
La idea sigue en estudio, dependerá de cómo vaya evolucionando la situación sanitaria, si dará resultado y habrá menos contagios luego de bajar a fase 3 y fundamentalmente del impacto político que pueda generar.