Por Ezequiel Navarro
Sin dudas en términos políticos e históricos 17 años no son nada, pero creemos necesario reivindicar lo que pasó el 19 y 20 de diciembre de 2001, dónde los trabajadores fuimos protagonistas fundamentales de una rebelión: se terminaba un ciclo político que había logrado juntar los reclamos de diversos sectores de nuestra sociedad, las movilizaciones eran casi diarias, la pobreza y desocupación extremas, los estatales sin insumos para trabajar y con el cobro desdoblado y en bonos de nuestros salarios con un recorte del 13% incluso para los jubilados, por enumerar algunas situaciones.
El ajuste no daba para más, las calles estaban llenas y el gobierno sin rumbo, en este contexto De la Rúa dicta el estado de sitio.
En mar del plata, el 19, salíamos del Concejo Deliberante después de tener la banca 25 y declarar persona no grata a Fernando Georgeadis director del inidep en donde veníamos de un largo conflicto, vimos que en las puertas de la municipalidad había una sentada; de la cual nos quedamos a participar.
La represión se sentía en el aire, la policía dice querer dispersarnos pero sin mediar palabras y sin dudarlo, encabezada por el entonces comisario Carmelo Impari, comenzó a reprimirnos.
Una represión policial que no es más que el brazo armado y represivo del Estado al momento de querer imponer un modelo económico y social que representa a los grupos económicos mayoritariamente.
Daniel Barragán, Hugo Canavesio, Darío Ledesma y quién escribe, fuimos golpeados salvajemente, cómo también lo fueron otrxs compañerxs de otras organizaciones.
Lamentablemente ese día termino con más de 30 muertos y cientxs de heridos y detenidos.
Hoy, nos toca vivir un escenario similar al de aquellos años, por lo menos en cuanto a los intereses que el gobierno de turno intenta representar y el escenario de disputa que le planteamos desde las mayorías populares.
Como en esos años, ha vuelto al ruedo el Fondo Monetario Internacional, con quien se han contraído deudas que nos costara la lucha de varias generaciones revertir esta fraudulenta maniobra.
Intentan instalar el achicamiento del Estado a través de los despidos masivos de Trabajadores y el cierre de organismos y fabricas, algunas fruto de la recesión económica y otras de las maniobras de vaciamiento o privatización.
Hoy vivimos el Estado atendido por sus propios dueños.
Luego vivimos un proceso democrático que quizás no alcanzo a llenar los corazones de las mayorías pero que claramente planteo al Estado desde un rol social a través del cual desde nuestra Organización vimos concretadas consignas históricas de nuestra lucha, pero que no profundizo un cambio en la matriz económica y los grupos de poder enraizados en los mismos partidos políticos.
El 20 de diciembre de 2001 el Pueblo argentino había ganado una batalla importante, De la Rúa había renunciado, el mensaje era claro: no estábamos dispuestos a continuar en esa situación, en esas jornadas demostramos lo que somos capaces de hacer, ATE Mar del Plata fue protagonista de esa jornada, como hoy lo sigue siendo en cada lucha, en la calle, en la construcción de unidad y aquí estamos, resistiendo los embates de la política liberal pero fortaleciendo los marcos de unidad con quienes entienden que ese será el único escenario posible para derrotar este ajuste brutal que nuevamente se desploma sobre las espaldas de nuestro Pueblo.
Hoy seguimos luchando por los derechos de nuestros pibes, por el acceso a la salud, la educación, las políticas sociales, el trabajo, los bienes comunes, la tierra, los derechos de la clase trabajadora y los de nuestros jubilados que no son ni más ni menos que de quienes tomamos la posta en esta lucha.
Por eso, debemos aprender algo que nos quedo pendiente de aquella época, somos la clase trabajadora, asalariada o sin serlo, la que tiene la obligación de manera mancomunada de darle la salida electoral que este sistema necesita, un escenario libre de mezquindades y vedetismo, que le devuelva a nuestro Pueblo la posibilidad de ser feliz.